Ecologistas en Acción: "El rally es incompatible con la sostenibilidad de Lanzarote"
Pejeverde
En una nueva polémica ambiental, la organización Ecologistas en Acción Lanzarote ha criticado duramente al Cabildo y a los ayuntamientos por su participación en FITUR, donde promocionaron eventos deportivos como rallyes y competiciones de turismo activo en espacios naturales sensibles. Esta postura, denuncian, es incompatible con los objetivos de sostenibilidad que las propias instituciones aseguran perseguir.
Según la asociación, actividades como el Rallye, además de emitir gases contaminantes, generan un impacto ambiental multifacético que incluye contaminación acústica, riesgos para la fauna silvestre y la degradación de las formaciones geológicas de la isla. “No es compatible patrocinar este atentado al medioambiente, al mismo tiempo que tienen la desfachatez de promover la sostenibilidad de Lanzarote y La Graciosa”, señalan.
El crecimiento exponencial de eventos deportivos en la isla, como la Travesía a Nado El Río, que pasó de 50 participantes en sus inicios a 650, o el Desafío 8ª Isla, con un aumento de 130 a 482 corredores en menos de una década, es otro de los puntos de alarma destacados. A estas cifras se suman las 332 actividades de turismo activo registradas en 2024, que incluyen rutas en buggies, quads y motonáuticas, entre otras. Estas actividades, a menudo celebradas en áreas como La Geria, El Jable o Los Ajaches, afectan directamente a los parajes naturales que se utilizan como reclamo turístico.
Desde Ecologistas en Acción recalcan que “tanto Lanzarote como La Graciosa tienen que ser un referente mundial por la conservación de su biodiversidad y su patrimonio natural, y no por el colapso ecológico por la presión antrópica”. La asociación exige medidas concretas que limiten el número y la intensidad de estas actividades, además de estudios de impacto ambiental que garanticen la preservación de los recursos naturales.
La contradicción entre la promoción turística agresiva y la preservación ambiental pone en evidencia un modelo de gestión que prioriza el beneficio económico a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo. Lanzarote, declarada Reserva de la Biosfera, enfrenta un dilema crítico: ¿podrá convertirse en un ejemplo de equilibrio entre desarrollo y conservación, o sucumbirá a los efectos de una sobreexplotación que ya muestra signos de deterioro irreversible?