CC-PNC demanda que se empiece a trabajar en un Plan Integral de Prevención sobre COVID-19 para reactivar el turismo de forma segura
Los nacionalistas aúnan a expertos en Sanidad Pública y Turismo en un trabajo conjunto sobre los retos que debe superar esta actividad económica
Canarias, a 28 de abril de 2020.-
Coalición Canaria-PNC ha elaborado una propuesta de actuaciones ante la pandemia para el sector turístico del Archipiélago en el que han trabajado profesionales tanto del ámbito de la Salud Pública como del turismo. El documento recoge reflexiones y propuestas para en el nuevo escenario, con una disminución del número de afectados, planificar la reactivación turística que debería pasar por la elaboración de un Plan Integral de Prevención de brotes de COVID-19 como estrategia clave para recuperar el sector turístico. Este plan debería incorporar medidas de carácter general pero también específicos para cada actividad de la cadena turística.
Como explica el texto “es evidente que aquellos destinos que consigan demostrar un alto nivel de resiliencia podrán optar a recuperar y consolidar una oferta que estimule la recuperación social y económica de una forma más rápida”, sin embargo, hay que tener en cuenta que la actividad turística está condicionada, más que cualquier otra, además por la situación de control de la crisis sanitaria en Canarias por el levantamiento de las restricciones de movilidad en España y en Europa, los niveles de afección sanitaria y económica de nuestros principales mercados y la confianza de nuestros potenciales clientes. Por tanto, “las medidas del cambio tendrán que venir avaladas por la realidad actual que la demanda va a solicitar”.
Los nacionalistas, en este documento, recuerdan que el perfil del turista que visita las Islas Canarias, según recoge la encuesta de gasto para 2019, destacan como valores a la hora de elegirnos como destino el clima es el principal (78%) y la seguridad aparece en segundo lugar (52%) además del hecho de que un 73% son repetidores, porcentaje que llega o supera al 80% en el caso de nórdicos, irlandeses o británicos. Por otro lado, el 54% de nuestros visitantes son mayores de 45 años, el 22% superan los 60 años.
Así, el documento apunta que aunque hay un cierto consenso en que la reactivación turística experimentará previsiblemente una recuperación a dos velocidades: una más rápida de los viajes de proximidad y en vehículos particulares, principalmente en el ámbito nacional de los países y otra más lenta en los viajes con desplazamiento en transporte compartido (tren o avión, fundamentalmente) y no hay datos todavía sobre la intención de viajes de nuestros principales mercados emisores durante este año, entre otras cosas porque al igual que nuestro país están en plena crisis sanitaria, pero sin lugar a dudas la “seguridad sanitaria” se va a poner a la cabeza en cuanto a las razones por las que se elegirá un destino, y las motivaciones anteriores pasarán evidentemente a complementar la decisión elegida.
Por tanto, en el contexto actual, toda la cadena de valor del sector turístico, sin perder sus cualidades básicas por las cuales era elegido anteriormente, deberá adaptar su propuesta con la premisa de que el visitante va a requerir esa seguridad, y de esta manera la oferta podrá planificarse aplicando medidas que garanticen esa seguridad integral desde el punto de vista local. Es decir, “el visitante va a priorizar ya no sólo los riesgos actuales derivados de la pandemia, sino también todos aquellos que puedan afectarle desde el punto de vista sanitario, dado que se ha creado una alarma de tal magnitud, que ha hecho aumentar radicalmente la sensibilización de la población a los riesgos sanitarios”.
En el caso de Canarias, la insularidad y la lejanía, que siempre han representado un problema, “se pueden convertir en una fortaleza”, dado que de cara a abordar estas situaciones pandémicas que supone la globalización, las medidas de un “aislamiento” controlado favorecen la situación de seguridad. Además, cuestiones como la alimentación sana, la disminución de la contaminación, el uso de energías renovables y la reutilización de residuos, adquirirá una mayor valoración por parte de los potenciales visitantes.
Seguridad Sanitaria
Por ello, el documento señala que existen varias consideraciones al respecto, pero se puede entender como el conjunto de medidas o actuaciones que prevengan, mitiguen y eliminen un riesgo sanitario. Así, desde el ámbito de la Salud Pública, estas medidas se abordan desde varias perspectivas, como pueden ser: la seguridad alimentaria, la sanidad ambiental, la promoción de la salud, o la perspectiva asistencial, es decir capacidad tanto pública como privada de atender la enfermedad en sus diferentes niveles asistenciales (primaria, hospitalaria…).
Por lo tanto, cada uno de los destinos turísticos deberá disponer de todas las cuestiones anteriormente citadas desde la perspectiva de la seguridad sanitaria, garantizando una “cartera sanitaria” acorde a la demanda, y mejorando en todas aquellas debilidades que se detecten y Canarias, en ese sentido, parte de un excelente punto de partido ya que se trata de un destino con altos niveles de seguridad sanitaria.
Partiendo de este análisis, el documento recoge una serie de medidas preventivas y de abordaje para la recuperación turística proponiendo una serie de medidas de prevención y actuación, tanto desde el punto de vista público como privado, de cara a evitar posibles rebrotes. CC entiende que para “optar a “abrirnos al exterior” debemos garantizar que la pandemia está controlada en las Islas, por lo que como paso previo habrá que seguir desarrollando una línea de trabajos y actuaciones en el ámbito local encaminadas en este sentido. Actuaciones que, lógicamente, deben implicar al conjunto de la cadena de valor del sector turístico, por lo que dichas medidas no sólo deben centrarse en los establecimientos hoteleros (que por sus capacidades van a tener en general más posibilidades para instrumentar medidas adecuadas) y de restauración sino también en el resto de la oferta turística y al de agentes que contribuyen al paquete turístico (agencias de viaje, líneas aéreas, aeropuertos, transporte interior…), debiendo ser extensibles tanto a establecimientos públicos como privados de todo tipo, como las terminales, paradas y oficinas de transporte, los vehículos que utilizan (taxis, guaguas, vehículos para excursiones, mini trenes, tranvías, embarcaciones de excursiones, rent a cars, alquiler de bicicletas…), las empresas de ocio (museos, cines, parques temáticos…), así como resto de comercios y demás empresas de servicios.
Para los nacionalistas, es necesario que todas las medidas pivoten alrededor de un
Plan Integral de prevención de brotes de SARS-CoV-2, como estrategia clave para la recuperación del sector turístico y al fin y al cabo de nuestro sistema social y económico. Un Plan que pase por la constitución de un equipo multidisciplinar de carácter técnico para valorar las actuaciones a llevar a cabo y que pueda proponer aquéllas que se consideren según la evolución de las circunstancias y que los nacionalistas recomiendan que al menos esté compuesto por especialistas con experiencia en Salud Pública, Turismo, Transportes, Economía y Hacienda y también incorporara al sector privado Asimismo es necesaria la realización de encuestas de motivación actualizadas de nuestros posibles visitantes, y que deberían llevarse a cabo al menos en los principales países emisores de turistas; el establecimiento de las medidas considerando el lugar donde se van a desarrollar; la anticipación a las necesidades de futuro.
Como medida de anticipación este documento propone, debido a que en otoño se producirá una coexistencia de los casos de gripe con el del SARS-CoV-2, que podrían derivar en falsas alarmas al presentar los mismos síntomas. vacunar al mayor número posible de población, lo que implica la compra anticipada del mayor número de vacunas posibles, en previsión de la enorme demanda que se producirá a nivel mundial asó como dotarse de aquellas baterías de pruebas analíticas que se están desarrollando en la actualidad para la determinación conjunta tanto del SARS-CoV-2 como de la gripe estacional.
Asimismo, ese plan debe implantar acciones tanto de carácter general (que pueden ir desde el distanciamiento social o interpersonal, medidas higiénicas y de prevención), como complementarias o específicas que deberán adoptarse dependiendo de cada uno de los subsectores implicados. A modo de ejemplo, los nacionalistas explican que es posible que sea necesario el desarrollo de planes de contingencia específicos en instalaciones hoteleras, que contemplen diferentes aspectos organizativos y logísticos y que sean acordes a la oferta propia de cada establecimiento. Así, se tendrán que tener en cuenta medidas en zonas comunes (recepción, restaurantes, piscinas, zonas infantiles…) y en zonas más privadas (habitaciones). Asimismo, en el plan de contingencia se deberán incluir medidas a adoptar en caso de posibles casos detectados.
Para CC-PNC el autocontrol debe ser clave para la disminución de riesgos y al mismo tiempo que se lleve a cabo un desarrollo legislativo que aporte tanto seguridad jurídica a las medidas propuestas como garantías en el conocimiento de las actuaciones propuestas. Y tan importante como ello es necesario contar con instrumentos que nos aporten datos objetivos de cara al control de los visitantes. En este sentido y para evitar posibles nuevos rebrotes, se plantea en el documento todas aquellas medidas que aporten la mayor seguridad posible de que los que nos visiten no sean portadores (sobre todo los asintomáticos que son el principal riesgo).
Otro aspecto clave es incorporar medidas como la apertura paulatina de rutas, iniciándose sólo con zonas que ya están sin casos o estén controlados, la utilización de pruebas-test previas al viaje y/o en destino, el uso de herramientas tecnológicas que permitan geolocalizar a determinados visitantes que se puedan considerar de riesgo o indicar un contagio como la medición de la fiebre, aperturas de puertas con mandos o sensores, ascensores sin botones…
Además, los nacionalistas consideran que es necesario establecer cuanto antes un calendario de actuaciones, un plan de inversión público-privada para afrontar el coste de las diferentes medidas propuestas así como la puesta en marcha de campañas de concienciación en la importancia de respetar las medidas a llevar a cabo con el mayor rigor posible.