Fajardo Palarea acude a Málaga como voz del Senado en el foro parlamentario euromediterráneo
Pejeverde
Manuel Fajardo Palarea el senador por Lanzarote acudió en representación del Senado español a la IX Cumbre de Presidentes de la Asamblea Parlamentaria de la Unión por el Mediterráneo, celebrada entre el 25 y el 27 de junio. Fue el rostro visible de la Cámara Alta en un foro internacional que agrupa a representantes del norte y sur del Mediterráneo. Allí no se habló de mojitos ni cruceros. Se habló, con más o menos diplomacia, de guerras, migración, energía y derechos humanos.
La cumbre, que en su séptima edición tuvo lugar en Lanzarote, trató de poner orden —al menos discursivo— al desorden geopolítico de la región. Un intento más de esa maquinaria multilateral que camina lento pero que, de vez en cuando, sirve para levantar actas y establecer ciertas líneas rojas. En Málaga se repitieron muchas palabras grandes: "cooperación", "seguridad", "justicia climática", "derechos humanos", "genocidio".
La migración fue uno de los puntos neurálgicos del debate. Se pidió que se gestione de forma integral, segura, ordenada y regular. Se reconoció —con ese tono de consenso de hotel de cuatro estrellas— que los flujos migratorios deben dejar de ser vistos como una amenaza y más bien como una oportunidad para todas las partes implicadas. Aunque no se nombraron países concretos, sobrevolaron las concertinas, los naufragios y las políticas de cierre de fronteras. Hubo, eso sí, condena expresa a los discursos racistas y xenófobos que proliferan en Europa. No se dieron nombres, pero todos los presentes sabían a quiénes se referían.
Otro eje de la cumbre fue la energía. El impulso a las renovables fue defendido como herramienta clave para avanzar hacia una transición energética justa y frenar el cambio climático. Las palabras sonaban bien, aunque algunos delegados del sur del Mediterráneo recordaron que los fondos prometidos desde el norte muchas veces llegan tarde, mal o nunca.
El conflicto en Gaza también ocupó parte de las intervenciones. Varios representantes denunciaron sin rodeos la ofensiva israelí, utilizando la palabra "genocidio". La situación en el Sahel y en Oriente Próximo fue tratada con preocupación, sobre todo por sus consecuencias directas en los movimientos migratorios.
La presidencia española, que ahora cede el testigo a Egipto, fue aplaudida por su papel coordinador durante el último año. No hubo euforia, pero sí reconocimiento al trabajo hecho.
Además de Fajardo Palarea, en la cita participaron delegaciones de Portugal, Francia, Italia, Chipre, Malta, Argelia, Marruecos, Senegal, Turquía, Eslovenia, Egipto y representantes de la Unión Europea. Una foto de familia amplia, en la que cada uno defendió su papel. Fajardo, en nombre del Senado español, mantuvo el tipo.