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Casa Torres y Castillo de Guanapay: dos espacios clave para entender el pasado de la isla

Pejeverde

En la cima del volcán de Guanapay, el Castillo de Santa Bárbara se prepara para abrir una nueva etapa. Será un museo. Pero no uno cualquiera: accesible, inmersivo, cargado de tecnología y sin perder su esencia como edificio defensivo del siglo XVI. El martes, la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Migdalia Machín, presentó allí mismo el proyecto de renovación museográfica. La acompañaban el presidente del Cabildo, Oswaldo Betancort; la alcaldesa de Teguise, Olivia Duque; y el arquitecto responsable, Carlos Pallés.

El plan es ambicioso. No solo se trata de acondicionar el espacio con rampas y dispositivos digitales. El objetivo es reinterpretar la historia de Lanzarote desde su capital antigua, Teguise, y hacerlo de forma que cualquier visitante –independientemente de su edad o condición– pueda entender, sentir y recordar.

“La historia no está solo en los libros”, dijo Machín. “Está en las calles, las torres, los edificios. Hoy damos un paso para preservarla y proyectarla hacia el futuro”. El Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Cultura y Patrimonio Cultural, ha impulsado esta transformación que pretende resolver las limitaciones del inmueble sin alterar su carácter patrimonial.

La nueva museografía integrará audiovisuales, realidad aumentada y animaciones que contextualizan temas como la conquista, la defensa costera y el paso de Teguise como capital insular hasta 1850. Se trata, según palabras del arquitecto Pallés, de “hacer que los visitantes se sientan parte de la historia”.

Oswaldo Betancort recordó que, cuando era alcalde, ya se enfrentaron a una compleja restauración del edificio. Ahora, desde el Cabildo, ve con buenos ojos que esa labor continúe con una mirada museística que potencie el papel de La Villa como centro histórico de Lanzarote y La Graciosa.

La alcaldesa, Olivia Duque, fue clara: “Este proyecto devuelve al Castillo su papel como punto de encuentro con la historia”. Lo que antes fue bastión contra los corsarios será ahora punto de partida para conocer los desafíos y episodios que definieron la isla.

La intervención no se quedará ahí. Se suma la rehabilitación de la Casa Torres, otro edificio histórico que el Gobierno ha adquirido con fines culturales. Entre ambos espacios, se articula un relato coherente, accesible y educativo de la historia insular. Una forma de contar quiénes fuimos y qué retos afrontamos.

 

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