Ni una empresa quiere alimentar a los cuarteles de Lanzarote y Fuerteventura
Foto.Elpejeverde
Sergio Calleja
Las Fuerzas Armadas tienen hambre... de proveedores. La noticia llega desde El Mundo, y aunque suene a broma, no lo es: el Ejército de Tierra se ha quedado sin empresas que quieran suministrar alimentos a sus cuarteles en varias regiones, siendo Lanzarote y Fuerteventura dos de las zonas más afectadas.
Nada menos que 16 lotes de un contrato de casi 20 millones de euros anuales han quedado desiertos, sin un solo interesado. El acuerdo, que busca abastecer cocinas militares con productos tan básicos como carne, harina o leche, ha topado con una realidad contundente: los precios ofertados por Defensa no convencen a nadie. "Los precios ofrecidos por el Ejército han resultado demasiado bajos en varias latitudes", explica El Mundo, lo que pone de relieve la tensión presupuestaria que atraviesan las Fuerzas Armadas.
La situación en Fuerteventura y Lanzarote es especialmente crítica, ya que "nadie se ha presentado a ninguna de las diez categorías de la puja", entre ellas embutidos, lácteos o pescado. En estas islas, los cuarteles no son simples adornos del paisaje: en Fuerteventura, por ejemplo, se encuentra el Campo Nacional de Maniobras y Tiro de Pájara, una instalación de 4.205 hectáreas declarada zona de interés para la Defensa Nacional.
Pero ni eso ha motivado a las empresas a participar. Según detalla este periodico, este es el primer intento de centralizar todos los suministros del Ejército de Tierra en un solo contrato marco, eliminando así la fragmentación anterior por zonas geográficas. Sin embargo, la complejidad del proceso, las exigencias técnicas y los requisitos de confidencialidad han espantado a los posibles contratistas.
"Las instrucciones de Defensa son extremadamente precisas", señala también el rotativo nacional, con detalles tan minuciosos como exigir que las croquetas congeladas solo puedan ser de bacalao, jamón o pollo, o que la leche se entregue exclusivamente en tetrabrik de un litro o en polvo. Ni los más exigentes comensales se atreven con tanta rigidez.
Además de Canarias, Cataluña también ha sufrido el desinterés empresarial. Cuatro lotes en esa comunidad, que incluían carne y mariscos, también han quedado sin candidatos. Lo mismo ocurre con harinas y pan en Gran Canaria y zonas del norte peninsular.
Así, mientras se debate el aumento del gasto en defensa en los despachos de Madrid, las cocinas de los soldados en Lanzarote y Fuerteventura siguen esperando el pan nuestro de cada día. O al menos, una croqueta de bacalao.