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Zapata y Medina se alían para eliminar más de 2.000 palmeras enfermas en las carreteras de Lanzarote

Pejeverde

La escena se repite a lo largo y ancho de las carreteras insulares de Lanzarote: palmeras enfermas, tocones secos y restos vegetales acumulados que poco tienen que ver con la imagen idílica del paisaje lanzaroteño. Ante esta estampa cada vez más común, los consejeros Mariano H. Zapata (Transición Ecológica y Energía del Gobierno de Canarias) y Jacobo Medina (Obras Públicas del Cabildo de Lanzarote) han decidido dar un paso al frente.

Ambos representantes públicos mantuvieron recientemente un encuentro para abordar una cuestión que empieza a convertirse en clamor: la necesidad urgente de retirar las más de 2.000 palmeras muertas o moribundas que jalonan las vías insulares. Una situación que, en palabras de Medina, “está derivando en una mala imagen de nuestra isla” y que requiere medidas inmediatas por parte de las administraciones competentes.

Zapata, por su parte, quiso transmitir un mensaje de compromiso. “Esta problemática ya se ha trasladado a las áreas competentes para que actúen lo antes posible”, aseguró el consejero regional, que se mostró receptivo a las demandas de la isla conejera. “Afecta no solo al paisaje, sino también a la percepción que residentes y visitantes tienen de Lanzarote”.

Pero más allá de los efectos visuales, la preocupación también es sanitaria. La Diocalandra Frumenti, un escarabajo originario del sudeste asiático, se ha convertido en el enemigo silencioso de la palmera canaria. Por ello, desde 2023, Gobierno y Cabildo han venido colaborando en un convenio para censar, inspeccionar y tratar ejemplares afectados. Según datos recientes, más de 83.000 palmeras han sido censadas y unas 3.200 ya han recibido tratamiento de endoterapia, un número que seguirá creciendo en los próximos meses.

A pesar de los esfuerzos, queda mucho por hacer. Los márgenes de las carreteras —ventanas móviles del alma paisajística de la isla— siguen mostrando un estado de abandono que no se corresponde ni con la historia ni con el valor medioambiental de Lanzarote. Y si bien las buenas intenciones y los convenios ya están sobre la mesa, será el tiempo, y sobre todo la acción efectiva, quien dictamine si esta vez, por fin, se pone remedio al deterioro visible que amenaza con enquistarse.

 

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