Recomendaciones del Colegio Oficial de la Psicología de Las Palmas para afrontar el malestar y la incertidumbre generados por el coronavirus
El Colegio de la Psicología de Las Palmas considera de vital importancia seguir las pautas dictadas por los servicios de Sanidad y señala que la tranquilidad emocional debe ser una medida más para la defensa y prevención de la enfermedad
En este sentido, la institución profesional considera que la evolución diaria del brote de coronavirus COVID-19 está generando una situación de incertidumbre debido a las noticias y advertencias, no siempre tratadas con rigor, mal comunicadas o incluso sobredimensionadas, así como a los rumores o noticias falsas que contribuyen a acrecentar el temor a la enfermedad.
Esto puede influir, a su vez, en el estado anímico y emocional de las personas, provocando un alarmismo tan innecesario como inútil. En estos momentos, para hacer frente al virus y evitar el contagio la población debe adoptar medidas de autoprotección, siguiendo las indicaciones de los servicios de Sanidad. No obstante, debido a la incertidumbre generada no debemos minusvalorar la atención en relación con la salud mental, pues la tranquilidad emocional es una medida más de defensa y prevención.
Ante este contexto, el Área de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias del Colegio Oficial de la Psicología de Las Palmas quiere compartir las pautas del Grupo de Trabajo e Intervención en Urgencias, Emergencias, Desastres y Catástrofes del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, dirigidas a la población general y de riesgo para promover un adecuado afrontamiento psicológico, que posibilite un estado de ánimo adecuado y propicie actitudes resilientes.
⦁ Si no está afectado por la enfermedad, pero está sintiendo alguna o varias de estas emociones con alta intensidad y/o persistentes:
⦁ Nerviosismo, agitación o tensión, con sensación de un peligro inminente y/o pánico.
⦁ No puede dejar de pensar en el coronavirus o en la preocupación por enfermar.
⦁ Necesita ver y oír permanentemente informaciones sobre el estado del brote.
⦁ Tiene dificultad para concentrarse o interesarse por otros temas.
⦁ Le cuesta desarrollar sus labores cotidianas o realizar su trabajo adecuadamente por el miedo, que le paraliza y le impide salir a la calle.
⦁ Está en estado de alerta, intentando analizar sus sensaciones corporales e interpretándolas como síntomas de la enfermedad, siendo, en realidad, signos normales o habituales.
⦁ Le cuesta controlar su preocupación y pregunta persistentemente a sus familiares por su estado de salud, advirtiéndoles de los graves peligros que corren cada vez que salen del domicilio.
⦁ Evita el contacto con otras personas por miedo al contagio.
⦁ Percibe un aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada (hiperventilación), sudoración o temblores sin causa justificada.
⦁ Presenta dificultades para dormir o tener un sueño reparador.
⦁ Sus problemas emocionales se agravan o reaparecen después de haberlos superado.
Si es su caso, le recomendamos que:
⦁ Identifique los pensamientos que puedan generarle malestar. Pensar constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se acentúen síntomas que incrementen su malestar emocional.
⦁ Reconozca sus emociones y acéptelas. Si es necesario, comparta su situación con su entorno más cercano para encontrar la ayuda y el apoyo que necesita.
⦁ Cuestiónese: busque pruebas de realidad y datos fiables. Conozca los hechos. Busque información y datos fiables, de medios oficiales científicos veraces. Sea consciente de que en ocasiones pueden transmitirse imágenes alarmistas y darse una sobreinformación desde una perspectiva negativa, magnificando el fenómeno y haciéndonos percibir mayor amenaza, cuando realmente no ha cambiado nada. Informe a sus seres queridos de manera realista.
⦁ En el caso de menores o personas especialmente vulnerables como ancianos, no les mienta y proporcióneles explicaciones veraces y adaptadas a su nivel de comprensión. Evite la sobreinformación.
⦁ Estar permanentemente conectado no le hará estar mejor informado y, por el contrario, aumentará su sensación de riesgo y nerviosismo innecesariamente. Contraste la información que comparta.
⦁ Si usa redes sociales para informarse, procure hacerlo de fuentes oficiales.
Pautas y tareas de autocuidado:
⦁ Mantenga una actitud optimista y objetiva. Es fuerte y capaz.
⦁ Lleve a cabo los hábitos adecuados de higiene que recomienda Sanidad, pero no se obsesione.
⦁ Evite hablar permanentemente del tema.
Apóyese en su familia y amigos.
⦁ Ayude a su familia y amigos a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
⦁ Acuda a fuentes oficiales y busque información contrastada por expertos: Ministerio de Sanidad, Colegio de Médicos, la Organización Mundial de la Salud…
⦁ No contribuya a dar difusión a bulas y noticias falsas. No alimente su miedo ni el de los demás.
⦁ Procure hacer vida normal y continuar con sus rutinas.
⦁ Tenga cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas.
⦁ Si pertenece a la población de riesgo, según indican las autoridades sanitarias:
⦁ Siga las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitas. Confíe en ellos porque saben lo que tienen que hacer. Ellos tienen los conocimientos y los medios.
⦁ Infórmese de forma realista y siga las pautas emocionales del apartado A.
⦁ No trivialice su riesgo para intentar evadir la sensación de miedo o aprensión a la enfermedad.
⦁ Tampoco magnifique el riesgo real que tiene. Sea precavido y prudente sin alarmarse.
⦁ No realice conductas de riesgo pretendiendo sentir una invulnerabilidad poco realista.
⦁ Sea objetivo y adopte una perspectiva global.
⦁ Piense que los científicos de todo el mundo están trabajando en el tema.
⦁ Si tuviera que pasar una cuarentena, tenga presente que es un escenario que puede llevarle a sentir estrés, ansiedad, soledad, frutración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos de miedo y desesperanza, cuyos efectos pueden durar o aparecer incluso posteriormente al confinamiento.
⦁ Trate de mantenerse ocupado y conectado con sus seres queridos. Genere una rutina diaria y aproveche para hacer aquellas cosas que le gustan, pero habitualmente por falta de tiempo no puede realizar (leer libros, ver películas, etc.).
⦁ Si está padeciendo la enfermedad, siga las recomendaciones anteriores y además:
⦁ Maneje sus pensamientos intrusivos, no se ponga en lo peor anticipadamente.
⦁ No se alarme innecesariamente. Sea realista. La inmensa mayoría de las personas se están curando.
⦁ Cuando sienta miedo, apóyese en la experiencia que tiene en situaciones similares. Puede que ahora no lo asocie por tener percepción de mayor gravedad. Piense cuántas enfermedades ha superado en su vida con éxito.
En cualquier circunstancia, no olvide acudir a profesionales de la psicología. Si presenta un malestar emocional intenso que ve difícil manejar, no dude en contactar con un profesional de la psicología especializado. Los psicólogos/as ayudan a afrontar la situación temida.