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El parlamento de Canarias deja ganar a cazadores y galleros

Domingo 16 de Diciembre.
Artículo de opinión
S.C.

No parece que tengan mucho interés en aprobar una Ley que debió comenzar a caminar desde el verano de este año 2018 .

Tampoco tiene mucho sentido solicitar a sus señorías que "aprieten" al Gobierno para que nos apruebe un nuevo corpus jurídico, porque su principal preocupación es ahora otra.

El estado de derecho va a posar su afán de "desderecho" sobre nuestros animales de compañía  en Canarias sin apenas sonrojarse.

Antes de que las elecciones autonómicas asomaran con gesto ambicioso, desde todos los asientos del Parlamento Autonómico se escuchaban frases y promesas como estas:

"Hay un clamor popular por evitar los malos tratos de los animales,  si bien muchos cazadores adoran a sus animales los hay que los abandonan o los tratan mal, por lo que es preciso regular ese ámbito"

"Se deben prohibir las peleas de animales, así como del uso de los mismos en circos".

"Es necesario  mejorar las condiciones para el traslado de animales en los viajes"

"Los perros de caza tienen que ser  considerados animales de compañía para que tengan los mismos derechos que el resto"

"El número de animales de compañía que se pueden cuidar teniendo en cuenta el ámbito rural y el urbano, por lo que es preciso buscar un equilibrio en la ley".

  Bla,bla,bla bla.......

 

A estas alturas de curso la mayoría de parlamentarios  se transforman  "en una  de estas personas raras a las que parece que les huele mal un pie y el otro no".*

Tienen dos caras diferentes que enseñan o no, dependiendo del interlocutor.

Es normal que descubramos sin sorpresa que durante tres años y medio nos han tomado el pelo en muchas de sus promesas.

Lo de la nueva Ley de Protección Animal es un claro ejemplo de esa enfermedad contagiosa que tienen muchos políticos de Canarias que como personajes de una novela encajarían perfectamente en la definición que hace Santiago Lorenzo en su último libro "Los Asquerosos"*, como el casero de la Calle Montera.

En fin, sin un milagro es muy difícil que el Gobierno de Canarias y todos los partidos que conforman la Cámara  Parlamentaria cedan a las  presiones de cazadores y galleros.

Estos que han vuelto a demostrar que tienen aún músculo suficiente como para dejar al próximo Gobierno las llaves para un cambio en una Ley que ha fracasado en su aprobación y que nos debilita como destino de primera.

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